jueves, 13 de enero de 2011

Here we go again

-Nicolás me invito a una cena muy importante –
-Y vos seguís con la misma historia – dijo Caleb mientras manejaba
-¿Cuál es tu problema? – pregunte
-Nicolás es mayor que vos –
-Nicolás es el mejor amigo de mi hermano, es mayor que yo y no va a pasar nada –
-Eso es muy fácil de decirlo Kim, Nicolás se muere por vos y vos te morís por él, admítelo –
-Estás loco –
-¿No te das cuenta? – preguntó
-Estas sacando tus propias conclusiones –
-Cuando se casen y tengan hijos te vas a acordar de este momento y dirás: “Qué sabio era Caleb” –
-Lo único que voy a decir es: “gracias por preocuparte” cuando vaya a visitarte a un loquero –
-Cuando este a lado de tu habitación – respondió riendo
Llegamos al restaurante favorito de Caleb, pedimos sushi y continuamos debatiendo sobre “la futura relación que tendría” según él y las gracias que tendría que darle en el futuro.
-Si salís con él, me haces una estatua en mi nombre –
-¿Y si no salgo con él? –
-Me corto el pelo –
-¿Calvo? –
-Dale –
-Es una apuesta – dije sonriendo
-Pero si salís con él te cambias el color de tu cabello –
-¡Enloqueciste! –
-O te haces un tatoo con mi nombre –
-¡Estás loco!-
-Mejor besas a un tigre –
-¡Wtf! –
-Tienes que hacer algo –
-Pero tus ideas me dan miedo –
-Ya voy a pillar algo que no sea tan estúpido ni tan extremo, algo que vaya con vos –
-Pero ojo quiero salir viva de tus ideas – dije subiéndome al auto de Caleb
-Tranquila, tengo que consultar las ideas con mi cabecera –
-Recuerda esto: “Nada extremo” –
-¿Andrew sabe algo de esto? – pregunto Caleb mientras prendía el motor
-No… -
-¡Y cuando piensan en decirle! –
-Hey, relax, no tengo idea pero no ha pasado nada todavía… –
-¿Están esperando a que suceda algo? – pregunto
-No, solo que no ha pasado nada y Andrew esta en Miami –
-¿Por qué? –
-Se compraron una casa con Nicolás -
-¿Y cuando vuelva? –
-Ya Caleb, ¡me estas poniendo nerviosa! –
-No es mi culpa que te pese la conciencia –
-¡Basta! – dije golpeándolo
-Ya tranquila, igual… no es mi culpa –
-Caleb, basta –
-Se supone que sos mi amigo, ayúdame –
-Mi trabajo es decirte la verdad, no llenarte de falsas ilusiones –
-Te odio – respondí
-Me encanta hacerte enojar –
-Seguís con eso, supéralo – 
Al día siguiente, yo y Lauren fuimos invitadas a un banquete en el restaurante de los padres de Santiago, un amigo nuestro. Por cumplir las dos fuimos con un grupo de amigas de la escuela, las chicas se tenían una bronca increíble con Lauren, cosa que me aterraba por que se mandaban las indirectas más grandes del mundo y siempre estaban a punto de caer al suelo a golpes. Cada segundo le susurraba a Lauren: “Nena tranquila”
-Te vas a morir, vamos –
-¿Hablamos luego? – pregunto Santiago
-Hablamos después – respondí mientras Lauren me jalaba del brazo
-Naomi estuvo con el novio de Lucia 
-¿Qué? –
-Sí, y lo peor es que todo el mundo lo sabe –
-¿Y no dicen nada? – pregunte mientras salíamos al jardín
-No, son unas hipócritas que no dicen nada, creen que si no dicen nada, todos se olvidan ¿Cómo podemos estar rodeadas de personas así? –
-Círculos sociales Lauren, una mierda total – respondí al sentarme en una mesa cerca de la fuente donde estaba una escultura de Cupido
-Cambiemos de tema, mira Cupido te está apuntando –
-Y vos deliraste totalmente – dije mientras miraba la estatua que aparentemente me apuntaba mi
-¿Qué tal todo con Nick? –
-Caleb te conto, ¿no? –
-No… -
Mire a Lauren y comencé a reír a carcajadas, era obvio que los dos ya estaban planeando la película cuando en realidad la historia no daba ni para un tráiler
-Ya, lo admito, ya planeamos tu boda –
-Son unos ridículos –
-¿Sabes que Nicolás esta muerto por vos? –
-¿Por qué dicen eso? – pregunté
-Porque es obvio, y también es obvio que Nicolás te sacude el piso –
-Mira es Stefan – dije cambiando de tema
Estefan se sentó en nuestra mesa, y comenzamos a charlar sobre mi cumpleaños y el cumpleaños de Lauren, sobre que autos pediríamos, si haríamos fiesta, si viajaríamos como el año pasado, luego Stefan dijo:
-Nicolás tiene tu regalo –
-¡Viste! – grito Lauren
-Eso no quiere decir nada – respondí
-¿Sabes qué es? – pregunto Stefan
-No digas nada, es una sorpresa – dijo Lauren
-Cualquier persona me puede regalar algo –
-Nicolás dijo que –
-¡Stefan! – grito Lauren interrumpiéndolo
-Déjalo, ¿Qué dijo? – pregunte
-Creo que tengo que aprender a callarme la boca – respondió Stefan, mi primo
-Eso te lo dijo Lauren  - dije mientras Lauren lo miraba directo a los ojos
El banquete termino y llame a Nick, el me recogió y fuimos a comprar televisores para su casa, luego fuimos a comprar copas y cuadros para el comedor principal y para la sala de descanso.
-Tu casa es extremadamente grande para alguien como vos –
-¿Por qué? – pregunto Nicolás
-Porque vivís en Miami –
-Pero voy a tratar de venir más seguido –
-¿Es una promesa? –
-Te lo prometo – dijo abrazándome
-Más te vale – susurre dándole un beso en la mejilla
Sin pensar, se hizo de noche y eso significaba que tenía que ir a mi casa, para que mi papá no se molestara y para que nos ahorráramos un montón de llamadas incomodas de parte de mi nana. Llegamos otra vez a ese momento incomodo, “la despedida”. Nos miramos y sonreímos al mismo tiempo, mire mi reloj y dije:
-11:56 pm –
-Nos atrasamos en los cuadros –
-Sí, pero valió la pena – dije sonriendo
-Gracias a ti, y a tu buen gusto –
-Gracias – respondí
-Buenas noches princesa –
-Buenas noches – dije cerrando la puerta
Subí las escaleras sin hacer ruido y al pasar por el dormitorio de mis padres escuche:
-¡Me hartas! –
-¡Claro, y yo que te digo cuando te vas de vacaciones y dejas a Kimberly! –
-¿Vos también sos su padre, no? –
-¡Pero yo tengo viajes por negocios, en cambio vos, solo a ver cual hotel es mejor que el de hace una semana! –
-¿Y qué quieres que haga? –
-Ocuparte un poco de tu hija, y de todas las cosas que dicen acerca de ella –
Luego escuche que la manija de la puerta y corrí hasta la sala, luego escuche que mi papá bajo las gradas y mi madre subió al 3er piso, camine en silencio y me encerré en mi cuarto.
-¿Lo que piensan acerca de mi? –
Me senté al borde de la cama y me quede en silencio, mire el techo mientras los gritos de mis padres no salían de mi mente. Toda la noche no pude dormir, así que me con lo poco que dormí desperté con dolor de cabeza  y cansada; y así estuve todo el día.
-Claro, podemos ir el viernes – dijo Roberta
-Si, además tus padres viajan y eso significa fiesta –
-Claro, como siempre – dijo Caleb
-¿Por qué estas tan callada Kim? – pregunto Santiago mientras todos almorzaban
-¡Kim! – grito Sophie
-¿Qué? – pregunte
-¿Por qué estas así? –
-Estoy cansada y me duele la cabeza –
-Eso me suena a Nicolás – dijo Emily
-No tengo hambre, los llamo luego – dije mientras me levantaba
-No, Kim, era una broma – dijo Santiago
-Los quiero – dije mientras me dirigía a la puerta
Camine por la ciudad mientras las palabras de mi padre venían una vez, una vez, y otra vez. Cerré los ojos y me senté en un asiento que estaba al frente de una cafetería, me puse mi ipod y me quede ahí sentada por más de 20 minutos. Me levante y comencé a caminar otra vez. Luego escuche:
-¡Kim! –
Me di la vuelta y era Lauren y Roberta. Me detuve a esperarlas y comenzamos a caminar juntas por todo el centro de la ciudad.
Les tuve que explicar que había escuchado a mis padres pelear y que por eso estaba tan melancólica, y bueno, también les dije que dejen un poco las burlas para que no me sienta incomoda cada vez que Nicolás llegaba al tema. Compramos un par de añillos en una tienda de antigüedades y nos fuimos a la casa de Lauren en el auto nuevo de Roberta.
Ese fin de semana, Nicolás viajo a Miami para ver unos papeles de la nueva casa que se habían comprado con Andrew. Como los padres de Roberta estaban de viaje, ella organizo una fiesta, mi madre viajo, y mi padre también.
El vienes en la tarde nos reunimos en mi casa a ver los últimos detalles y a alistarnos para ir a la fiesta. Mientras Lauren peleaba con Ryan para ver que Dj tocaría primero, baje las escaleras y fui a buscar mi celular.
Subí por las escaleras que estaban por el pasillo que estaba cerca del escritorio de mi padre y escuche que mi madre grito:
-¡Así no es la historia! –
-¿Y vos como sabes lo que realmente ocurrió?, Estas loca, estas sacando tus propias conclusiones, nada de eso paso – respondió mi padre
-Piensa lo que querrás, yo se la verdad –
-Estoy harto de tu voz y tus historias ficticias – dijo mi padre y luego abrió la puerta
Lo mire y ellos me miraron en silencio, pasaron 10 segundos, y mi papá dijo:
-Me tengo que ir, besos Kimmy –
Me beso la frente y se fue. Mire a mi mama y ella cerró la puerta cortando el incomodo contacto visual. Respire y continúe caminando.
Una vez en mi cuarto mire por la ventana y vi que mi madre subía a una limosina negra, con maletas en las manos, luego pensé “gracias mamá por despedirte de mí”, me recosté en mi cama al lado de Caleb y cerré los ojos porque en ese momento tenía ganas de llorar.
Caleb se dio cuenta que algo me pasaba, como el buen amigo que era me ayudo a calmarme un poco y a olvidarme de lo que había pasado, porque por ahí solo estaban pasando por un mal momento, y yo ya estaba pensando lo peor.
Nos fuimos a la fiesta y al llegar vimos que la mansión de Roberta parecía una concentración de militares alcoholizados atravesando la segunda guerra mundial.
-¡Voy a matar a mi hermana! – grito Roberta bajando del auto de Caleb
-Dios mío – susurre al ver el desastre que habían hecho en menos de dos horas
El novio de Roberta y Ryan fueron a buscar al hermano de Roberta para poder parar la fiesta pero una vez que lo pillaron se dieron cuenta que no serviría de nada.
-Está drogado – dijo Ryan
-¿Y la hermana de Roberta? – pregunte
-No tengo la menor idea – respondió
Entramos a la casa e hicimos lo posible para detener todo, pero era imposible, nadie nos hacía caso. Cortamos la electricidad pero justo llego una banda y comenzó a tocar en el garaje matando todas las rosas importadas de su madre.
-¡Let’s go! – gritaban todos
-¡Párenla! – grito Roberta pero nadie le hacía caso, en ese momento nadie estaba consiente
Yo y Caleb cerramos las entradas que conectaban a la casa y sacábamos a empujones a los que no querían salir. Cerramos todos los cuartos y botamos a los que estaban en el baño y en la biblioteca.
Tocaron la puerta de la cocina y fui a abrirla con Ryan.
-¡Ya no hay fiesta! – grito Ryan
-Ryan – susurre mientras un par de oficiales entraban sin decir nada
-¿Wtf?, vamos a ir todos presos – susurro mientras nosotros los seguíamos
Todo ocurrió en menos de media hora, botaron a todos, le pusieron una multa a Roberta, llevaron al médico a su hermano y a un par de personas más, porque estaban “volando”. Arrestaron a 2 integrantes de la banda por posesión de sustancias prohibidas, arrestaron a 5 tipos que estaban peleando y nosotros tuvimos que limpiar todo.
Todo fue un caos, los padres de Roberta hablaron con los padres de Lauren y la mandaron a la casa de su abuela a pasar todo el fin de semana allí.
Mi nana me prohibió salir hasta que mis padres regresaran, o sea que el fin de semana de libertad se convirtió en una cárcel a domicilio.


miércoles, 12 de enero de 2011

Un recuerdo constante y una sola realidad

Mientras me pintaba en el espejo gigante que había en el living room, entro Nicolás sin hacer ruido, no tuvo mejor idea que decirme:
-Kim –
Grité y tumbe mi estuche, el florero que estaba a mi lado, me manche el rostro con rímel, mi celular cayó al suelo y se partió en 2, solo faltaba que el espejo se me caiga encima y me aplaste por completo.
-Perdón, no quise asustarte – dijo mientras me ayudaba a recoger las cosas
-No, no hay problema –
Me levante y dije:
-Algún día te voy a asustar –
-¿Sos vengativa? –
-No -
Comenzamos a reír y el dijo:
-Voy a cuidar mi espalda –
-Más te vale -
-Te dije Kimberly que no utilices el living room para maquillarte, pero nunca me haces caso – dijo mi nana interviniendo en ese pequeño acto de generosidad
-¿Siempre es así? – pregunto Nick
-¡Siempre! –
-¡Nana! –
-¿Qué?, solo le digo la verdad – dijo ella
-Tranquila – dijo Nick sonriendo
-El desayuno está servido – dijo mi nana saliendo se la sala
-¿Vamos? – pregunto Nick
-Vamos –
Ese día desayune con ellos, cosa que nunca hacia, desayunar con mis padres, luego me fui a mis clases de voleibol, fui al gimnasio y  llegue a mi casa exhausta, estaba muerta del cansancio, me di un baño de burbujas para poder relajarme un poco y me aliste para ir a la casa de Nat. Mientras bajaba las escaleras la puerta de la entrada sonó, fui a ver quién era y resulto ser una amiga mía, que venía con un chisme acerca de Ryan.
-Ryan mientras que estaba con vos, estaba con Carolina, te lo digo porque sos buena amiga… -
La mire como si le estuviera prestando atención pero en realidad solo pensaba: ¿WTF?
Termino de hablar y busque una escusa barata para que ella se fuera de mi casa y así dejaba de escuchar esa voz insoportable y su “porque soy buena amiga”, ¿por qué tienen que restregarte en la cara que están haciendo el papel de amigas cuando en realidad solo te dicen una mala noticia por puro placer?
Respire y antes de sacar mis propias conclusiones y hacerme la película en mi mente decidí irme a la casa de Ryan.
Toque el timbre y la sirvienta me reconoció, me dejo entrar y me dijo que Ryan estaba en el playroom, yo ingenuamente subí y dije:
-Ryan, ¿Dónde estás? -
-¿Kim? –
-Sí, ¿Dónde estás? –
-Espérame donde estés –
Escuche la voz de una mujer y luego la de Ryan, me quedé esperando en el pasillo y luego Ryan camino hacia mí, lo miré y dije:
-Lamento interrumpirlos, no debí venir –
-No, no, si, no hay nadie, no nos interrumpiste –
-Ryan te estás contradiciendo –
Ryan me miro y bajo la mirada, lo mire con odio y baje las escaleras, camine hasta la puerta principal y me detuve a pensar ¿Por qué no me siguió?, ¿Por qué no me dijo nada?, ¿Por qué no hizo algo? Si hubiera hecho o dicho algo, me hubiera sentido menos estúpida en ese momento. Espere unos segundos en las escaleras pero él nunca bajo.
Continúe caminando, caminando y caminando, llegue a la esquina y al escuchar una alarma reaccione, comencé a llorar en silencio mientras los autos avanzaban, mientras todo seguía su curso mientras yo seguía perdida. Me senté en esa maldita esquina a llorar, a llorar de rabia, a llorar porque sentía un dolor que no sabía identificar, sentía ira, y sentía un vacio dentro mío; todo por ese par de segundos, esos segundos que echaron a perder los pocos sentimientos que me quedaban hacia él.
-¿Kimberly? –
Levante la mirada y Nick estaba parado delante de mí,  me levante y dije avergonzada:
-Lo siento, que vergüenza que me veas así, en estas condiciones –
-No, ¿Qué paso?, no importa – dijo abrazándome
-¿Por qué los hombres son tan idiotas? – pregunte llorando
-Porque somos animales – dijo intentando hacerme reír
-Exacto –
-¿Qué paso? – pregunto y luego me di un abrazo
-¿Por qué estás aquí? – pregunte obviando su pregunta por qué no quería decirle: ¿Sabes que soy una imbécil?
-Deje a un amigo que vive a media cuadra de aquí, al hermano de Ryan –
-¿Sos amigo del hermano de ese pelotudo? –
-Sí, lo conocí en Londres, ¿Ryan?, ¿Esas lágrimas son por Ryan? –
Lo mire en silencio, di unos pasos y dije:
-¿Me podes llevar a mi casa? –
-Vamos –
Todo el camino le oculte la razón por la que me había encontrado llorando, no quería decirle “Mi ex novio estuvo con otra mientras estaba con migo, soy una estúpida”, por suerte Nicolás se dio cuenta que yo no estaba en condiciones para revivir ese pequeño momento incomodo, así que dejo de insistir con el tema y en lugar de seguir preguntando me hizo reír y me hizo olvidar de lo que había pasado, me hizo olvidarme de las ganas que tenia de matar a ese engendro de la vida.
-Gracias por todo Nick – dije mientras Nick apagaba el motor
-No hay problema, no te pongas así por ese idiota, no vale la pena –
-Te voy a hacer caso – dije sonriendo
-Así es, sonríe y recuerda que todo sucede por alguna razón –
-¿Aparte de psicólogo sos filosofo no?– pregunte cerrando la puerta
Ese pequeño concejo me tuvo reflexionando todo el día, ¿Si todo sucede por algo, por alguna razón me encontré con Nicolás?, ¿Por alguna razón Ryan me fue infiel todo el tiempo?, ¿Por alguna razón sentía algo cada vez que estaba con Nicolás? ¿Por alguna razón?, ahora que me doy cuenta que es así, agradezco que Ryan haya hecho lo que hizo ese día, ahora sé que por alguna razón vino la “chismosa a mi casa”, se que por alguna razón me arme de valor y fui a la casa de Ryan, por alguna razón sentí un nudo en la garganta, ese vacío que me impidió caminar, por alguna razón me senté en la acera a llorar como María Magdalena, por alguna razón Nicolás miro hacia esa esquina y se dio cuenta que yo estaba ahí llorando por algo, por alguna razón detuvo y me abrazo, tratando de consolarme.
Por alguna razón paso todo eso…
Luego me puse a pensar ¿Si todo sucede por algo, por algo mis hermanos se fueron a Inglaterra? ¿Por algo Naomi se volvió alcohólica? ¿Por algo mi familia se rompió? ¿Por algo todos en lugar de solucionar los problemas decidieron taparlos y hacer como si nada hubiera ocurrido? ¿Por algo?
Días después de ese encuentro, llegue del colegio y me dirigí al escritorio en busca de mi billetera, luego me di cuenta que en el comedor estaban mis padres, la mamá de Nicolás, su nuevo novio, Nicolás y Andrew.
-Buenas tardes – dije mientras entraba a la sala
-¿Vas a almorzar? – pregunto mi madre
-No, no tengo tiempo, pero de todos modos gracias – dije mientras miraba a Nicolás sonriendo
-¿Tiempo?, ¿Trabajas linda? Siempre andas de aquí para allá – pregunto la mamá de Nicolás
-No Rebeca, mi madre no me permite trabajar –
-¿Cómo va a trabajar esa criatura? – dijo el novio de Rebeca
-Kimberly practica voleibol, y de noches trabaja de mesera – dijo mi papa
-Qué gracioso, ni digas esas barbaridades – dijo mi madre
Todos comenzaron a reír y yo dije:
-Me voy a cambiar, permiso –
Subí corriendo, porque ya estaba atrasada, me cambie y baje las gradas, llamé a Caleb pero no me contesto; Salí de mi casa y Caleb me llamo diciendo que no podría recogerme. Me apoye en el árbol que estaba afuera de mi casa y a los segundos Nicolás salió hablando por teléfono, lo mire detenidamente mientras el subía a su convertible negro.
-¿Kim, no te ibas? – pregunto al verme parada ahí
-Sí, pero me iban a recoger, pero ya no van a poder –
-¿Te llevo? –
-¿No sería una molestia? –
-No, nada que ver –
-Gracias –  respondí
-¿En el gimnasio cerca del parque central? –
-Ahí mismo – conteste mientras me ponía el cinturón
-¿Te compraste tu vagoneta? –
-No, me compre una moto –
-¿Moto? ¿Te gusta el motocross? –
-Sí, solo que no tenía una moto y se me ocurrió comprarme una así podía correr de vez en cuando –
-Que interesante, mi mejor amigo está obsesionado con el motocross –
-¿Quién, el hijo del doctor de tu madre? –
-Si, Caleb –
-Lo conozco, es muy bueno, su papa también corre, ¿no? –
-Sí, es de familia – respondí mientras él me miraba sonriendo
-¿Seguís practicando boxeo? – pregunte
-Sí, de vez en cuando, cuando tengo tiempo porque paro viajando y además la universidad me quita mi tiempo libre –
-¿Por cuánto tiempo te quedas? –
-No es nada seguro pero tal vez me quede hasta principios de noviembre –
-¿Entonces vas a estar para mi cumpleaños? –
-Halloween –
-¡Te acordaste! –
-Siempre me acuerdo – respondió
-¿Cumplís 16? – pregunto
-Sí, seguro me vas a decir que no luzco como alguien de 16 –
-Me leíste el pensamiento –
-Siempre dicen lo mismo –
-Pareces mayor, como de 18, 19 –
-Eso piensas hasta que abro la boca –
-No, diría que no  te comportas como una universitaria, diría que sos mucho mejor –
-¿Es un cumplido? –
-Algo así – dijo riendo
Mi celular comenzó a sonar y vi en mi pantalla: “No contestar” eso significaba que era Ryan o alguien de mi lista negra.
-¿No vas a contestar? –
-No, es un mensaje – conteste cortando la llamada
-Vos tampoco pareces de 23 – dije guardando mi celular
-¿Soy muy sexy? –
-No te creas la gran cosa solo por que seas lindo  – dije y luego comencé a reír tratando de disimular esas palabras que se me habían salido sin querer.
-Qué vergüenza – pensé mientras Nicolás reía con migo
-Espero que sea un cumplido y no te estés burlando de mi – dijo mirándome
Llegamos al gym, y dije:
-Otra vez, gracias –
-No hay problema – respondió sonriendo
Me baje del convertible y camine sonriendo, escuche que prendió el motor y se fue, me di la vuelta y lo seguí con la mirada mientras su auto se perdía al final de la calle. Ese día Nicolás no salió de mi mente ni por un segundo, todo me hacia recuerdo a él, los gritos de mi entrenador, las risas de mis amigas cuando yo reía sin ninguna razón, según ellas, pero en realidad era porque me acordaba de los chistes de Nicolás, miraba a los novios de las jugadoras sentados en una esquina marginados por el coach “para que no causen ningún inconveniente” según él.
Todo era Nicolás, hasta el aire que respiraba me hacia acuerdo de su sonrisa, su voz de su presencia. Pasaron los días y llego por fin Agosto, el mes de las sorpresas según mi nana.
El 10 de agosto tuve un quinceañero, la hija del socio de mi padre cumplía 15, fue “el quince” de ese mes, ella me había puesto con Ryan de pareja para bailar el vals, ¿No era obvio que yo y Ryan solo por la costumbre nos saludábamos?
2 días antes del quince, Ryan se fracturo el brazo por intentar hacer una acrobacia en la moto de Caleb. ¡Aparte de mentiroso era un imbécil! Cuando supe la noticia lo único que pude decir fue: Karma
Llegue a mi casa echa un saco de rabia, subí a mi cuarto y rompí una foto que tenia con Ryan, (como si cortarle la cara fuera la solución de todo), saque el vestido rosado que tenía guardado en mi closet, fui a la sala, me lo puse y me pare frente al espejo a continuar torturándome. El vestido parecía de una muñeca, bueno era idéntico al de una muñeca, ya que ese era el tema de la fiesta. Me mire al espejo y comencé a llorar.
-¡Te odio! – grite tirando la caja de mis tacones
Me levante y comencé a patear la caja imaginándome que era la cara de Ryan, la pateaba con todas mis fuerzas mientras gritaba:
-¡Por qué no te mataste! –
-¿Kim? – pregunto Nicolás apoyándose en la puerta
-Nick – dije y comencé a reír
-Creo que la caja ya está muerta –
Mire la caja y si, estaba muerta por que estaba destrozada, comencé a reír y me limpie las lágrimas con un pañuelo, me senté en el sofá y Nick pregunto:
-¿Qué ocurre? –
-¿Por qué siempre me ves llorando? – pregunte
-Porque… no tengo idea –
-Andrew esta bañándose hace oras –
-Nunca entiendo porque me dice apúrate y siempre llego y nunca esta, o se está cambiando o recién esta cambiándose –
-Cada vez enloquece más – dije sacándome los tacones
-¿Ese imbécil te hizo algo de nuevo? –
-Sí, es una larga historia –
-Tengo mucho tiempo – dijo riendo y los dos nos dimos cuenta que hasta que Andrew termine de alistarse el mundo daba 500 vueltas
-¿Hasta qué Andrew salga? – pregunte riendo
-Si – contesto Nick sentándose en el sofá
Lo mire y dije:
-Si me pongo a llorar, me ignoras ok? –
-Dale – dije riendo
-Ryan se fracturo el brazo por idiota y éramos pareja en unos quince, ¿Sabes que es quince? –
-¡No soy tan viejo! –
Comenzamos a reír y dije:
-Lo siento, obviemos eso, la cosa es que ahora no tengo pareja y me quede con este vestido y no sé que voy a hacer y no sé de dónde voy a sacar en 2 días alguien que sepa bailar vals y este libre para ser mi pareja, porque los que quieren ser no saben mover los pies y va a ser un  completo desastre –
-¿Es dentro de dos días, no? –
-Sí, falta poco, eso es lo peor de todo –
-Si quieres yo te puedo ayudar –
-¿En serio? –
-Sí, puedo ser tú pareja esa noche –
-¿Si?, ¡gracias Nick te debo la vida! – dije mientras lo abrazaba
-No hay de que, contar de verte feliz hago lo que sea –
Lo mire a los ojos y dije:
-Sos tan tierno –
-¡Nick! – grito Andrew cortando ese “momento mágico”
-¡Aquí estoy! –
-¿Vamos?, ¿Kim por que estas vestida así? – pregunto Andrew
-Una larga historia – respondí sonriendo
Sin perder un segundo, llame a Lauren y fuimos a reservar nuestro cupo en el salón de belleza más cotizado de la ciudad, fuimos al spa y nos pusimos al día.  Me conto como estaba su relación con Stefan y con sus padres, unos controladores maniáticos.
En el camino nos encontramos con unos amigos, nos quedamos charlando con ellos en el café que estaba cerca del estudio fotográfico de la hermana de Lauren. Uno de ellos me invito a salir, me pidió mi número y me dijo que esperaba poder verme en la fiesta, pero luego me vio con Nick y no tuvo el valor de saludarme.
Llegamos a mi casa y fuimos a la casa de huéspedes, subimos al techo y nos sentamos a comer fresas mientras mirábamos las estrellas.
-Si saco mis propias conclusiones, cuando te pedía tu numero vos pensabas en Nicolás, ¿no? –
Mire a Lauren y comencé a reír, comencé a comer más fresas para tener la boca llena y así no poder responderle.
-Sos una perra, ¡respóndeme!, ¿viste?, ¡Te gusta Nicolás! -
Termine de comer y comencé a reír sin parar, Lauren me siguió en mi juego y me dijo:
-No te culpo, Nicolás es muy bello –
-Sí, es tan lindo –
-Tus ojos están brillando – dijo Lauren
-Estás loca – respondí
-¡Sí!, tu mirada se ilumina cada vez que hablas de el –
-Deja de alucinar y cambiemos de tema –
-Tu punto débil, tu punto débil, ¡tu punto débil! –
-¡Matate! – grite  y a los pocos segundos Lauren tuvo la idea de saltar al suelo, saltó y mi cuerpo se quedo en estado de shock
-¡Mentira! – grite asustada mientras ella estaba tirada en el suelo
Me baje con cuidado y le di la vuelta, y la “muy graciosa” comenzó a reír como una gran estúpida, como una gran ridícula que hizo que mi corazón se detenga pensando que estaba muerta.
-¡Te odio! – grite mientras ella se levantaba
-¡Admití que soy buena actriz! –
-Actriz porno serás –
-Ya quisieras gata – dijo Lauren mientras me tiraba las ultimas fresas
Comenzamos a correr por toda la casa de huéspedes hasta que entro mi nana y nos boto de ahí, porque estábamos haciendo un desastre total.
Luego de alzar todas las fresas del suelo, nos sentamos al borde de la pileta y nos quedamos hablando hasta el amanecer. Al día siguiente no fuimos al colegio porque había una obra escolar, en lugar de desperdiciar nuestro tiempo en esas “cosas” fuimos al spa con nuestras madres, nos compramos un par de tacones y yo me compre un collar para usarlo en el desfile.
-Esta lista – dijo mi nana colocándome el collar
-¿Cómo me veo? –
-Estás hermosa – dijo mi nana mientras me acariciaba mi cabello
-Gracias nana – dije abrazándola
Baje las gradas y respiré profundo, abrí la puerta principal y vi a Lauren con Stefan.
-¿Y Nicolás? – pregunto Stefan, novio de Lauren y primo mío
-Quedamos de vernos allá – respondí mirando mi celular
Todo el camino pensé en que pasaría esa noche, si no tropezaría con algo, si Nicolás no se aburriría de estar con migo, si estaba linda, si mi peinado estaba bien, si mi maquillaje no estaba muy simple o muy exagerado, cosas por el estilo.
-¿Kim estas bien? – susurro Lauren mientras Stefan salía del auto
-Sí, solo que estoy nerviosa –
-No te preocupes, todo saldrá bien –  dijo Lauren mientras Stefan nos abría las puertas
Mire mi reloj y eran las 9:45 pm, mire hacia los lados y no lo vi por ningún lugar, mientras mis amigas hablaban y yo asentía con la cabeza, trataba de verlo en la multitud.
-Chicas entren por favor – dijo la mamá de la quinceañera
-Fuck – pensé mientras caminaba hasta la recepción
-Lauren no va a venir –
-Tranquila, si va a venir – susurro Lauren tratando de calmarme
Pasaron 10 minutos y Nicolás no tenia señales de vida, los hombres vinieron y comenzaron a formar las filas, me quede apoyada a la pared mientras todas formaban, cerré los ojos y pensé:
-¿Por qué no me vuelvo invisible en este momento? –
-Kimberly, ¿Y tu pareja? – pregunto la mejor amiga de la quinceañera
Levante la mirada y sonreí, respire y respondí:
-Está en camino –
-Ah, porque hay alguien que estaba diciendo que era tu pareja pero no lo dejan entrar, y no creo que él sea tu pareja, es mayor y además no creo que desperdicie su tiempo al estar aquí con vos, además es el novio de Lucia –
Mire a Lauren y vi que ella estaba caminando hacia mí, me jalo del brazo y dijo:
-Kim, no dejan entrar a Nick, acaba de llamarme Stefan diciendo que Nick esta hace más de 15 minutos afuera –
-¿Nicolás Van Der Coff? – pregunto una de ellas
-Qué te importa, en lugar de venir a preguntarle desde un principio preferiste estar callada por envidia, ¿no? –
-Ya chicas, Lauren – dije mientras todas se volcaron
-¿A caso no estás saliendo con él? – pregunto una de mis compañeras
-Si… - respondió ella
-Ahórrate tus mentiras estúpidas – respondió Lauren
-Chicas arruinan  mi noche y me encargo de matarlas una por una  – dijo la quinceañera furiosa
-No hay problema, ¿Lauren me puedes acompañar? –
-Vamos – respondió Lauren
Bajamos las gradas y lo vi hablando con el guardia de seguridad, Lauren se adelanto y le explico la situación al guardia, mientras yo caminaba avergonzada hacia Nick.
-Lo lamento tanto, por un segundo pensé que no vendrías y me olvide de decirles que tenías que entrar –
-No hay problema, decían que no faltaba nadie y yo pensé que ya me habías remplazado –
-¡Fueron esas perras! – exclamo Lauren
-Que importa, ¿Vamos? – pregunto sonriendo
-Vamos – dije y luego me tomo de la mano
-Estás muy hermosa – dijo mientras subíamos las escaleras
-Gracias – respondí mientras sonreía al sentir su mano sobre la mía
El baile salió perfecto, las fotos también, todo esa noche salió como debía salir, aun mejor de lo que había planeado con Lauren. Me divertí como nunca, reí con Nicolás hasta que me dolió la cara, bailamos hasta que nos dolieron los pies, simplemente no pude haber estado con alguien mejor esa noche, el fue la cereza en la punta de mi helado.
Caminamos hasta su vagoneta, el me abrió la puerta como todo un caballero y yo subí sonriendo, luego el entro y nos dirigimos a mi casa. Todo el camino hablábamos sobre todo lo que se nos ocurría, contamos nuestros secretos más profundos como: “Robe un juguete cuando tenía 6 años”, “Le quite un helado al niño del parque”, cosas sin sentido pero cosas que nos conectaban más. Llegamos a mi casa y mi nana abrió la puerta, dimos la vuelta a la fuente y luego apago el motor.
-Y bueno, voy a tener cuidado con mis chocolates –
-¡Tenia 8 años! –
-Pero igual, Willy Wonka – dijo el
-Que gracioso –
-Hace mucho tiempo que no reía tanto, mejor dicho nadie me hace reír como vos… -
-Espero que eso sea bueno, ¿no?  – pregunte
-Deberías estar feliz por sacarme una sonrisa –
Lo mire y sonreí en silencio, suspire y dije:
-Me tengo que ir –
-¿Hablamos? – preguntó
-Llámame mañana – respondí
-Buenas noches – dijo Nicolás
Me acerque a despedirme de él pero me quede mirando sus ojos, el se acerco a mi lentamente, mi corazón comenzó a latir muy rápido pero luego se detuvo a milímetros de mis labios, lo mire nuevamente y el beso mi frente.
-Buenas noches princesa – susurró
-Buenas noches – respondí y le di un beso en su mejilla
Cerré la puerta y camine hasta la puerta con el corazón en la boca, entre a mi casa y me senté, respire profundo y cerré mis ojos recordando ese pequeño instante, luego se me paso por mi cabeza la idea de haberlo besado, abrí los ojos y me di cuenta que mi nana me estaba mirando.
-¿Qué tal nenita?, cuéntame todo – dijo emocionada
-¡Fue increíble nana, fue tan, tan, increíble! –
-Vamos a ponernos cómodas que tus padres salieron y quiero saberlo todo –
-Vamos – respondí
Caminamos abrazadas y nos echamos en el sillón del living room para que yo pudiera contarle todo lo que había pasado con lujos de detalles.
Los días pasaron y con ello comenzamos a construir una relación, salíamos a cenar, íbamos a fiestas, el me invitaba a sus cenas de gala, sus reuniones. Era tan divertido salir todos los días con alguien mayor que yo, mis padres confiaban en mí, en Nick y Andrew sabía que yo salía con Nicolás, pero sabía que éramos solo amigos y en ese entonces solo éramos eso. También había escuchado a Andrew decirle a mi nana que se sentía tranquilo al saber que Nicolás siempre estaba con migo, que el confiaba en él, por otra parte mis notas seguían siendo muy altas, lo cual hizo que mi padre no me cuestione sobre las cosas que estaba haciendo en ese momento. Cada día era una nueva aventura para mi, conocía nuevas personas, ayudaba a Nicolás a decorar su casa, conocía nuevos lugares, me divertía mucho, reía todo el día, y todas las noches, luego de un increíble día él me dejaba a las 11 en punto en mi casa.
Cada despedida se tornaba más incómoda, porque al acercarnos a despedirnos nos quedábamos en silencio a milímetros de distancia… los dos sentíamos esa atracción, esas ganas de darnos un beso, las ganas de estar juntos pero sin embargo ni uno tenía el valor de decir o de hacer algo.
-Buenas noches – susurre dándole un beso en la mejilla
-Dulce sueños princesa – respondió acariciando mi rostro
Cerré la puerta con una sonrisa en el rostro y camine lentamente mientras su auto salía por el garaje, otra vez, de la misma manera, con el mismo “buenas noches” de todos los días.

lunes, 10 de enero de 2011

The naked true

“Hoy hay una cena de gala” dijo mi madre mientras bajaba por las escaleras
-¿Eso significa que no hay planes para hoy en la tarde? – pregunte mientras le contestaba un mensaje de texto a Lauren, mi mejor amiga
-Ni se te ocurra llegar tarde Kimberly –
-Estoy saliendo con Caleb –
-Vuelves a las 5 – dijo mi nana mientras yo salía por la puerta principal
Mis abuelos estaban organizando una fiesta de gala en su hotel. Eso significaba vino extranjero por doquier, mesas, arreglos florares, prensa, garzones, el stuff enloquecido y mucha gente importante. Tenía un vestido muy largo color negro con un collar de perlas, regalo de mi bisabuela, que me dio cuando yo tenía tres años de edad. Estaba con el pelo recogido y según Ryan, tenía el estilo de la época dorada de Hollywood. Ryan era mi novio en ese entonces, era un amigo de la infancia igual que Caleb, Emily, Sophie, Roberta y Lauren. Todos pertenecíamos al mismo círculo social.
Estaba al lado de mi padre, el estaba presentándome al canciller y al ministro cuando por alguna razón volqué mi cabeza y lo vi.
 ¿Alguna vez han visto a una persona que les ha robado la mirada? ¿A alguien que te captura tú atención preguntándote quien es, como se llama, de donde es, por qué es tan hermoso y misterioso, y muchas cosas más? ¿Alguien que despierta el Sherlock Holmes que llevas dentro? Así fue, vi a un hombre que según yo alumbraba en todo el salón, alto, piel blanca, pelo color negro azabache, elegante, misterioso, con una sonrisa encantadora y unos ojos mortales, un porte increíble, una nariz perfecta, cara angelical pero intrigante, en pocas palabras el hombre perfecto.
Sonreí y comencé a reír muy despacio imaginándome las cosas que diría Roberta, la de los pensamientos impuros según Caleb, mi mejor amigo, me imagine las cosas que dirigía si estuviera a mi lado en ese preciso instante.
-¿De qué te ríes Kim? – pregunto mi papa
-Ah, lo siento, me acorde de un chiste –
-Es tan encantadora – dijo el ministro sonriéndome
-No más que usted - respondí
-Buenas noches, ¿Cómo han estado? – pregunto mi madre
-Bien, te cuento que las negociaciones…. – y continuaron hablando mientras yo seguía mirando a aquel sujeto que estaba delante mío
-Disculpen, tenemos que ir a tomarnos una fotografía, un gusto poder saludarlos –
-El placer es nuestro – respondió el canciller
-Kim – susurro mi madre
-¿Si? – pregunte reaccionando
-Vamos –
Mientras caminábamos ella dijo:
-Tu abuela quiere que te fotografíen con Caleb –
-Dile que en un segundo estoy allá, tengo que hablar con Natalie, es muy importante –
-No te atrases, 5 minutos –
-Gracias –
Busque a Natalie entre medio de todas esas personas, luego la vi, me acerque a ella y le dije:
-Acompáñame –
-¿A dónde? – pregunto ella
-Quédate quieta y háblame sobre algo -
-Me confundís –
-Mira disimuladamente, ¿Lo conoces? El que tiene el whisky en la mano –
-¿El de negro? –
-Nat, todos están de negro… -
-Ah, si… -
-Ese -
-No, pero es hermoso – respondió
-Me resulta familiar -
-¿Quién es? – pregunto
-No sé, pero lo conozco de algún lugar –
-Voy a averiguar –
-Bueno Nat, hablamos luego, mi madre me está llamando –
-¡Te aviso cualquier noticia!  
-¡No te olvides! - respondí
Fui a la entrada principal y encontré a mi abuela, que estaba con Caleb, nos tomaron la foto para una revista y luego entramos para el discurso del alcalde de la ciudad. Mi papa me abrazo mientras el discurso comenzaba, dirigí mi mirada hacia otro lado y lo vi, otra vez.
Me quede mirándolo por mucho tiempo hasta que él se dio cuenta que lo estaba mirando, baje la mirada avergonzada porque me había pillado infraganti, mire al alcalde pero de reojo me di cuenta que el me estaba mirando fijamente. Sonreí mientras todos aplaudían y me volqué a verlo disimuladamente, el sonrió y inevitablemente yo también, nos quedamos haciendo contacto visual por unos minutos hasta que mi madre me dijo:
-Kimberly, te vas con Ryan, ya es tarde –
-¡No!- pensé al escuchar eso
Mi mamá me tomo de la mano y él se dio cuenta que tenía que irme, se despidió con su mano izquierda y una sonrisa en el rostro. Todo el camino a mi casa me quede pensando en el, analice su rostro detalle por detalle, tratando de recordar de donde lo conocía porque extrañamente me resultaba muy familiar, pero de un modo extraño, era como si algo me decía: ¡Averigua su nombre!, cosa que casi nunca me ocurría por que generalmente nada me llamaba la atención por más de media hora.
-Te veo mañana – dijo Ryan apagando el motor
-Gracias por traerme, te veo mañana – dije abriendo la puerta de su auto
-Te quiero – dijo Ryan antes de darme un beso
Salí del auto y camine hasta la puerta, gire la manija, me quite los tacones, y me senté en las gradas.
¿Por qué a Ryan se le había ocurrido besarme si supuestamente estábamos a punto de terminar?
Esas son las cosas que nunca comprendí de Ryan, nunca, un rato decía que me baja el sol y luego al mini segundo me decía que lo compre por internet, ¿O sea? Tipos como el deberían analizar sus ideas y luego decirlas o simplemente callarse la boca en lugar de generar la pregunta: ¿Tienes idea de lo que estás diciendo? Por no decirles por educación ¿Te tumbaron de niño? Porque sos estúpido.
Al día siguiente, luego del colegio fuimos a almorzar con los amigos de Caleb y las chicas para poder ver las fotos de la cena de gala publicadas en la revista de todos los días, luego Caleb, Santiago y Ryan se fueron a correr con el padre Caleb, un amante de la velocidad, deportes extremos, motocross, adicto a la adrenalina igual que su hijo, Caleb. El era mi mejor amigo desde que usaba pañales, era celoso, sobreprotector, alocado, divertido, buena persona y muchas cosas más que lo diferenciaban de los idiotas que tenía como amigos, el era diferente, más que un simple amigo, era mi hermano.
Lauren, mi mejor amiga, mi concejera, la persona que me subía los ánimos cuando estaba triste, la que me recordaba vivir con los pies en la tierra, la que me señalaba lo que estaba bien o lo que estaba mal, una de las mejores personas que conocí en toda mi vida, esa chica loca, divertida, seria, fuerte, la que te puede partir la cara con un solo dedo, la que no tiene miedo a nada, pero es frágil al mismo tiempo, Lauren, mi hermana del alma.
En fin, llegué a mi casa y  fui a mi habitación, deje las bolsas de compras en el suelo, me quite la gargantilla del cuello, abrí las puertas de mi balcón y me recosté en mi cama a leer un poco. Mientras leía me llego un mensaje de mi mamá, me sorprendí al leer: “¿Dónde estás?” una típica pregunta de mi madre, me escribiría eso aunque este a tres metros de distancia con un cartel que diga: ¡Existo mamá! porque generalmente era invisible para ella, le respondí que estaba en mi habitación, luego me contesto: “Hay alguien que quiere verte”. ¿Alguien quería verme?, ¿Quién? Me pregunte mientras me levantaba.
Me puse mis pantuflas de garras y fui al living room, abrí la puerta y vi… ¡Al sujeto!, me quede literalmente con el corazón en la boca, sin poder respirar, en shock total.
-¡Kimberly!, estás divina –
-Gracias Rebeca, ¿Cuándo llegaste? ¿Cuándo llegaron? – pregunte a la mejor amiga de mi madre
-¿Kimberly? ¿Cómo estás?  – pregunto el sujeto
El sujeto era Nick, Nicolás, el mejor amigo de mi hermano Andrew, ¡Con razón me parecía conocido! no lo veía desde que él y Andrew habían ido a Inglaterra para entrar a la universidad. En ese segundo pasaron muchas cosas por mi mente, me pregunte ¿El destino? ¿La vida? ¿Por qué me sentía así? ¿Por qué me sentía diferente?
-Bien, todo bien, gracias por preguntar – respondí nerviosa
-¿Rebeca vamos a tomar una copa de vino? – dijo mi madre levantándose
-Vamos, dejemos que los chicos se pongan al día –
-Te vi en la fiesta de gala – dijo mirándome a los ojos
-¿Si?, creo que yo también – respondí sonriendo
-Estás enorme, ¡estas altísima! –
-Te juro que no te reconocí, vos estas con cara de hombre –
-Yo tampoco, estas muy hermosa, y por cierto me gustan tus pantuflas –
-¿Es un cumplido o te estás burlando de ellas? –
-No, me gustan las garras – respondió riendo
-Ya quisieras tener una de ellas, ¿Ok? -
A los pocos segundos entro Andrew y Micaela, alborotando el ambiente como siempre, Andrew se tiro encima de Nick, y después cayó en el suelo y Micaela le tiro el almohadón y comenzó a correr.
-Viejos tiempos – pensé mientras las cosas volaban de un extremo al otro extremo de la sala
Fuimos a cenar los cuatros a un restaurante italiano, uno de mis favoritos. Fue uno de los días más divertidos de mi vida, reírnos como nunca al acordarnos de muchas cosas que habíamos hecho cuando éramos más niños, bueno cuando ellos eran adolescentes y yo era una niña.  Al final del día fuimos al puente que estaba al frente de una mansión blanca, ese puente que era testigo de confesiones, lágrimas y muchos recuerdos nuestros. Nos sentamos a respirar aire puro y a desconectarnos un poco del mundo, Micaela nos saco una foto para guardar ese momento mágico según ella. Tras que llegue a mi casa la imprimí y la puse en uno de mis nuevos porta retratos que había comprado esa tarde con la escusa de “usarlos” cuando realmente solo quería ver su rostro. Llegamos a mi casa y yo y Nick fuimos a la mesa que estaba al lado de la piscina, nos sentamos y comenzamos a charlar, a hablar sobre muchas cosas, la vida, el colegio, la universidad, autos, deporte y finalmente, el amor.
-¿Estas saliendo con Ryan, no? –
-Sí, pero estamos terminando –
-¿Terminando? –
-Sí – conteste riendo
-¿Por qué? –
-Por qué me… una larga historia, es un idiota, nos va mejor como amigos –
-Sin ofender, pero si es lo que pienso, que imbécil –
-¡Y mucho más! – dije riendo
-¿Y vos, estas saliendo con alguien? – pregunte
-No, termine con ella antes de venir –
-Ah, o sea que estás libre –
-Soltero y sin compromisos – dijo riendo
-¿Y qué tal con voleibol? – pregunto
-Bien, estoy en el equipo de mi colegio –
-¿Si?, ¡Qué bien! –
-Gracias – respondí sonriendo
-Bueno, me tengo que ir, mañana tengo una reunión temprano –
-Sí, ya es tarde –
-¿Nos vemos otro día? – pregunto
-Claro, nos vemos –
-Te cuidas princesa, me divertí mucho – dijo besando mi frente
-Nos vemos – dije mientras él se alejaba de mi
Lo perseguí con la mirada hasta que entro a mi casa y cerró la puerta, mire hacia el cielo y sonreí al recordar su voz y su perfume, sus labios en mi frente y su sonrisa, levante mi celular y me fui a mi habitación a dormir, a intentar poder dormir porque él no salía de mi mente. Cuando por fin logre dormir, Ryan me llamo, ignore su llamada y continúe durmiendo.
 Al día siguiente amanecí con un humor excelente, desperté y olí las rosas recién puestas en la mesa que estaba en el pasillo de mi habitación, el desayuno de mi nana en el comedor, su sonrisa y su “buenos días Kimmy”, las risas de mi hermano Andrew y el “Silencio Srta. Strauch” de mi profesora de drama. En la salida Ryan me dijo que quería hablar con migo pero en un lugar más privado, fuimos a almorzar al restaurante que estaba a 4 cuadras de mi colegio, nos sentamos y por mi intuición supe que sería de “nuestra crítica situación”, cosa que no me equivoque, pedí una porción de torta de chocolate y una copa de helado para poder superar ese momento.
-No me mires así, no quiero deprimirme –
-Te ves tan linda comiendo chocolate – dijo el
-Gracias por decirme que me veo gorda –
-No estás gorda, pero casi nunca comes chocolate –
-Estamos terminando, tengo derecho a comer todo el chocolate que sea –
-Sos única Kimberly, y por eso te amo –
Lo miré y dije:
-Organiza tus ideas, ¿me engañas y decir que me amas? Me confundís –
-¿La frase de Nat? – pregunto riendo
-Estúpido –
-Te amo, eso no va a cambiar nunca, pero aceptémoslo, no somos el uno para el otro –
-Lo estoy aceptando – respondí cortante
-¿Comiendo chocolate? – preguntó sonriendo
-¿Te importa? –
 -¿Puedo comer con vos? –
Lo mire y dije:
-No lo sé, creo que mejor te vas a la mierda –
Puse la torta al medio y comenzamos a reír
-¿Amigos? – pregunté
-Amigos – respondió Ryan
Me dejo en mi casa y me sentí rara al bajarme del auto sin mi beso de despedida, sonreí cuando cerré la puerta, al fin había cerrado ese capítulo de mi vida llamado Ryan,  camine hasta la puerta principal, la abrí y deje mis llaves en la mesa de la entrada. Deje mis cosas en el sofá y fui a mecerme en la hamaca.
-Oficialmente estoy soltera – pensé mientras mi cuerpo se movía de un lugar a otro
Cerré mis ojos y escuche la voz de Nick llamando a mi hermano.
-Andrew –
-¡Andrew! –
Abrió la puerta del jardín y me vio echada en la hamaca, lo mire sonriendo y dije:
-Andrew no está –
-Quedamos en vernos a esta hora, tengo que ir a comprarme una vagoneta –
-¿Seguís adicto a los autos? – pregunte levantándome
-No tanto… -
Lo mire y dijo:
-Sí, la verdad sí, es mi punto débil –
Comenzó a sonar mi celular y era Andrew, conteste y puse altavoz.
-Kim, si Nick va le decís que estoy cerca, Micaela está viendo unos tacones que para mí son todos iguales y no se decide todavía, la cosa es que… -
-Me plantaste – dijo Nick riendo
-Ah… no, la cosa es… -
Comencé a reír a carcajadas y Andrew dijo:
-Ya, basta, en unos 20 minutos estoy allá –
-Te pillaron – dije riendo
Colgué y Nick se sentó en el sillón, yo me senté a su lado, los dos nos miramos sonriendo y pregunte:
-¿Cómo se siente que te planten? –
-Duele… - respondió y luego comenzamos a reír
-Te cuento que ahora estoy en tu club –
-¿Club? –
-Solteros y sin compromiso –
-¿Terminaste con Ryan? – pregunto
-Sí, terminamos –
-¿Ya planeaste la fiesta? –
-¡Oye! –
-No estás triste – dijo mirándome
-Estoy ocultando mis sentimientos – dije bajando la mirada
-Mírame y decime que estás triste –
-¿Por qué? –
-Admití que no te duele haber terminado con el –
-Estoy triste… no lo estoy –
-¿Viste? – pregunto riendo
-Pero es un secreto – susurre
-Tranquila que nadie nunca lo sabrá  – dijo guiñándome el ojo