jueves, 13 de enero de 2011

Here we go again

-Nicolás me invito a una cena muy importante –
-Y vos seguís con la misma historia – dijo Caleb mientras manejaba
-¿Cuál es tu problema? – pregunte
-Nicolás es mayor que vos –
-Nicolás es el mejor amigo de mi hermano, es mayor que yo y no va a pasar nada –
-Eso es muy fácil de decirlo Kim, Nicolás se muere por vos y vos te morís por él, admítelo –
-Estás loco –
-¿No te das cuenta? – preguntó
-Estas sacando tus propias conclusiones –
-Cuando se casen y tengan hijos te vas a acordar de este momento y dirás: “Qué sabio era Caleb” –
-Lo único que voy a decir es: “gracias por preocuparte” cuando vaya a visitarte a un loquero –
-Cuando este a lado de tu habitación – respondió riendo
Llegamos al restaurante favorito de Caleb, pedimos sushi y continuamos debatiendo sobre “la futura relación que tendría” según él y las gracias que tendría que darle en el futuro.
-Si salís con él, me haces una estatua en mi nombre –
-¿Y si no salgo con él? –
-Me corto el pelo –
-¿Calvo? –
-Dale –
-Es una apuesta – dije sonriendo
-Pero si salís con él te cambias el color de tu cabello –
-¡Enloqueciste! –
-O te haces un tatoo con mi nombre –
-¡Estás loco!-
-Mejor besas a un tigre –
-¡Wtf! –
-Tienes que hacer algo –
-Pero tus ideas me dan miedo –
-Ya voy a pillar algo que no sea tan estúpido ni tan extremo, algo que vaya con vos –
-Pero ojo quiero salir viva de tus ideas – dije subiéndome al auto de Caleb
-Tranquila, tengo que consultar las ideas con mi cabecera –
-Recuerda esto: “Nada extremo” –
-¿Andrew sabe algo de esto? – pregunto Caleb mientras prendía el motor
-No… -
-¡Y cuando piensan en decirle! –
-Hey, relax, no tengo idea pero no ha pasado nada todavía… –
-¿Están esperando a que suceda algo? – pregunto
-No, solo que no ha pasado nada y Andrew esta en Miami –
-¿Por qué? –
-Se compraron una casa con Nicolás -
-¿Y cuando vuelva? –
-Ya Caleb, ¡me estas poniendo nerviosa! –
-No es mi culpa que te pese la conciencia –
-¡Basta! – dije golpeándolo
-Ya tranquila, igual… no es mi culpa –
-Caleb, basta –
-Se supone que sos mi amigo, ayúdame –
-Mi trabajo es decirte la verdad, no llenarte de falsas ilusiones –
-Te odio – respondí
-Me encanta hacerte enojar –
-Seguís con eso, supéralo – 
Al día siguiente, yo y Lauren fuimos invitadas a un banquete en el restaurante de los padres de Santiago, un amigo nuestro. Por cumplir las dos fuimos con un grupo de amigas de la escuela, las chicas se tenían una bronca increíble con Lauren, cosa que me aterraba por que se mandaban las indirectas más grandes del mundo y siempre estaban a punto de caer al suelo a golpes. Cada segundo le susurraba a Lauren: “Nena tranquila”
-Te vas a morir, vamos –
-¿Hablamos luego? – pregunto Santiago
-Hablamos después – respondí mientras Lauren me jalaba del brazo
-Naomi estuvo con el novio de Lucia 
-¿Qué? –
-Sí, y lo peor es que todo el mundo lo sabe –
-¿Y no dicen nada? – pregunte mientras salíamos al jardín
-No, son unas hipócritas que no dicen nada, creen que si no dicen nada, todos se olvidan ¿Cómo podemos estar rodeadas de personas así? –
-Círculos sociales Lauren, una mierda total – respondí al sentarme en una mesa cerca de la fuente donde estaba una escultura de Cupido
-Cambiemos de tema, mira Cupido te está apuntando –
-Y vos deliraste totalmente – dije mientras miraba la estatua que aparentemente me apuntaba mi
-¿Qué tal todo con Nick? –
-Caleb te conto, ¿no? –
-No… -
Mire a Lauren y comencé a reír a carcajadas, era obvio que los dos ya estaban planeando la película cuando en realidad la historia no daba ni para un tráiler
-Ya, lo admito, ya planeamos tu boda –
-Son unos ridículos –
-¿Sabes que Nicolás esta muerto por vos? –
-¿Por qué dicen eso? – pregunté
-Porque es obvio, y también es obvio que Nicolás te sacude el piso –
-Mira es Stefan – dije cambiando de tema
Estefan se sentó en nuestra mesa, y comenzamos a charlar sobre mi cumpleaños y el cumpleaños de Lauren, sobre que autos pediríamos, si haríamos fiesta, si viajaríamos como el año pasado, luego Stefan dijo:
-Nicolás tiene tu regalo –
-¡Viste! – grito Lauren
-Eso no quiere decir nada – respondí
-¿Sabes qué es? – pregunto Stefan
-No digas nada, es una sorpresa – dijo Lauren
-Cualquier persona me puede regalar algo –
-Nicolás dijo que –
-¡Stefan! – grito Lauren interrumpiéndolo
-Déjalo, ¿Qué dijo? – pregunte
-Creo que tengo que aprender a callarme la boca – respondió Stefan, mi primo
-Eso te lo dijo Lauren  - dije mientras Lauren lo miraba directo a los ojos
El banquete termino y llame a Nick, el me recogió y fuimos a comprar televisores para su casa, luego fuimos a comprar copas y cuadros para el comedor principal y para la sala de descanso.
-Tu casa es extremadamente grande para alguien como vos –
-¿Por qué? – pregunto Nicolás
-Porque vivís en Miami –
-Pero voy a tratar de venir más seguido –
-¿Es una promesa? –
-Te lo prometo – dijo abrazándome
-Más te vale – susurre dándole un beso en la mejilla
Sin pensar, se hizo de noche y eso significaba que tenía que ir a mi casa, para que mi papá no se molestara y para que nos ahorráramos un montón de llamadas incomodas de parte de mi nana. Llegamos otra vez a ese momento incomodo, “la despedida”. Nos miramos y sonreímos al mismo tiempo, mire mi reloj y dije:
-11:56 pm –
-Nos atrasamos en los cuadros –
-Sí, pero valió la pena – dije sonriendo
-Gracias a ti, y a tu buen gusto –
-Gracias – respondí
-Buenas noches princesa –
-Buenas noches – dije cerrando la puerta
Subí las escaleras sin hacer ruido y al pasar por el dormitorio de mis padres escuche:
-¡Me hartas! –
-¡Claro, y yo que te digo cuando te vas de vacaciones y dejas a Kimberly! –
-¿Vos también sos su padre, no? –
-¡Pero yo tengo viajes por negocios, en cambio vos, solo a ver cual hotel es mejor que el de hace una semana! –
-¿Y qué quieres que haga? –
-Ocuparte un poco de tu hija, y de todas las cosas que dicen acerca de ella –
Luego escuche que la manija de la puerta y corrí hasta la sala, luego escuche que mi papá bajo las gradas y mi madre subió al 3er piso, camine en silencio y me encerré en mi cuarto.
-¿Lo que piensan acerca de mi? –
Me senté al borde de la cama y me quede en silencio, mire el techo mientras los gritos de mis padres no salían de mi mente. Toda la noche no pude dormir, así que me con lo poco que dormí desperté con dolor de cabeza  y cansada; y así estuve todo el día.
-Claro, podemos ir el viernes – dijo Roberta
-Si, además tus padres viajan y eso significa fiesta –
-Claro, como siempre – dijo Caleb
-¿Por qué estas tan callada Kim? – pregunto Santiago mientras todos almorzaban
-¡Kim! – grito Sophie
-¿Qué? – pregunte
-¿Por qué estas así? –
-Estoy cansada y me duele la cabeza –
-Eso me suena a Nicolás – dijo Emily
-No tengo hambre, los llamo luego – dije mientras me levantaba
-No, Kim, era una broma – dijo Santiago
-Los quiero – dije mientras me dirigía a la puerta
Camine por la ciudad mientras las palabras de mi padre venían una vez, una vez, y otra vez. Cerré los ojos y me senté en un asiento que estaba al frente de una cafetería, me puse mi ipod y me quede ahí sentada por más de 20 minutos. Me levante y comencé a caminar otra vez. Luego escuche:
-¡Kim! –
Me di la vuelta y era Lauren y Roberta. Me detuve a esperarlas y comenzamos a caminar juntas por todo el centro de la ciudad.
Les tuve que explicar que había escuchado a mis padres pelear y que por eso estaba tan melancólica, y bueno, también les dije que dejen un poco las burlas para que no me sienta incomoda cada vez que Nicolás llegaba al tema. Compramos un par de añillos en una tienda de antigüedades y nos fuimos a la casa de Lauren en el auto nuevo de Roberta.
Ese fin de semana, Nicolás viajo a Miami para ver unos papeles de la nueva casa que se habían comprado con Andrew. Como los padres de Roberta estaban de viaje, ella organizo una fiesta, mi madre viajo, y mi padre también.
El vienes en la tarde nos reunimos en mi casa a ver los últimos detalles y a alistarnos para ir a la fiesta. Mientras Lauren peleaba con Ryan para ver que Dj tocaría primero, baje las escaleras y fui a buscar mi celular.
Subí por las escaleras que estaban por el pasillo que estaba cerca del escritorio de mi padre y escuche que mi madre grito:
-¡Así no es la historia! –
-¿Y vos como sabes lo que realmente ocurrió?, Estas loca, estas sacando tus propias conclusiones, nada de eso paso – respondió mi padre
-Piensa lo que querrás, yo se la verdad –
-Estoy harto de tu voz y tus historias ficticias – dijo mi padre y luego abrió la puerta
Lo mire y ellos me miraron en silencio, pasaron 10 segundos, y mi papá dijo:
-Me tengo que ir, besos Kimmy –
Me beso la frente y se fue. Mire a mi mama y ella cerró la puerta cortando el incomodo contacto visual. Respire y continúe caminando.
Una vez en mi cuarto mire por la ventana y vi que mi madre subía a una limosina negra, con maletas en las manos, luego pensé “gracias mamá por despedirte de mí”, me recosté en mi cama al lado de Caleb y cerré los ojos porque en ese momento tenía ganas de llorar.
Caleb se dio cuenta que algo me pasaba, como el buen amigo que era me ayudo a calmarme un poco y a olvidarme de lo que había pasado, porque por ahí solo estaban pasando por un mal momento, y yo ya estaba pensando lo peor.
Nos fuimos a la fiesta y al llegar vimos que la mansión de Roberta parecía una concentración de militares alcoholizados atravesando la segunda guerra mundial.
-¡Voy a matar a mi hermana! – grito Roberta bajando del auto de Caleb
-Dios mío – susurre al ver el desastre que habían hecho en menos de dos horas
El novio de Roberta y Ryan fueron a buscar al hermano de Roberta para poder parar la fiesta pero una vez que lo pillaron se dieron cuenta que no serviría de nada.
-Está drogado – dijo Ryan
-¿Y la hermana de Roberta? – pregunte
-No tengo la menor idea – respondió
Entramos a la casa e hicimos lo posible para detener todo, pero era imposible, nadie nos hacía caso. Cortamos la electricidad pero justo llego una banda y comenzó a tocar en el garaje matando todas las rosas importadas de su madre.
-¡Let’s go! – gritaban todos
-¡Párenla! – grito Roberta pero nadie le hacía caso, en ese momento nadie estaba consiente
Yo y Caleb cerramos las entradas que conectaban a la casa y sacábamos a empujones a los que no querían salir. Cerramos todos los cuartos y botamos a los que estaban en el baño y en la biblioteca.
Tocaron la puerta de la cocina y fui a abrirla con Ryan.
-¡Ya no hay fiesta! – grito Ryan
-Ryan – susurre mientras un par de oficiales entraban sin decir nada
-¿Wtf?, vamos a ir todos presos – susurro mientras nosotros los seguíamos
Todo ocurrió en menos de media hora, botaron a todos, le pusieron una multa a Roberta, llevaron al médico a su hermano y a un par de personas más, porque estaban “volando”. Arrestaron a 2 integrantes de la banda por posesión de sustancias prohibidas, arrestaron a 5 tipos que estaban peleando y nosotros tuvimos que limpiar todo.
Todo fue un caos, los padres de Roberta hablaron con los padres de Lauren y la mandaron a la casa de su abuela a pasar todo el fin de semana allí.
Mi nana me prohibió salir hasta que mis padres regresaran, o sea que el fin de semana de libertad se convirtió en una cárcel a domicilio.


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